Chris echó gala de su humor y se refirió al momento como «¿Es quizá la mejor noche de la historia de la televisión?». La organización optó por dar paso a los anuncios. Los allí presentes narran que en esos momentos de no emisión, los actores Denzel Washington y Bradley Cooper acudieron a tranquilizar a la pareja, muy nerviosa por lo sucedido. También se acercó la jefa de prensa de Smith, Meredith Sullivan. Fue un momento muy complicado para la Academia ya que Smith estaba nominado a mejor actor por su papel en ‘King Richard’, donde da vida a Richard Williams, el padre de las tenistas Serena y Venus Williams justo después del encontronazo. Por primera vez en su carrera, fue el ganador de la estatuilla y subió a recogerlo entre lágrimas, dando un discurso de más de cinco minutos, cuando lo estipulado por la organización es menos de un minuto, donde nos dejó titulares como: «En este negocio a veces tienes que soportar que la gente te insulte y te falte el respeto y tú has de sonreír y decir que todo está bien» o » El amor te hace hacer locuras». Cuando todos esperamos un discurso de disculpas el actor mostró una faceta más exculpatoria. Está claro que la violencia jamás está justificada, y si Will tenía un ápice de verdad en sentirse ofendido ante la burla de Chris, perdió la razón al alzar la mano. Pero aquí se abre otro debate: ¿dónde están los límites del humor? ¿Es lícito utilizar una enfermedad para hacer un chiste? ¿Cómo nos sentiríamos si fuésemos Jada y un teatro completo estuviera riéndose de algo que nos afecta a nivel emocional? Son tiempos donde la salud mental está en boca de todos y quizás es hora de empatizar con ciertas cosas porque no todo vale en el humor. No cabe duda de que Chris solo estaba haciendo su trabajo como comediante y que sus intenciones no eran dañar a la actriz pero vivimos en una sociedad donde no todos tenemos el mismo sentido del humor y donde la empatía muchas veces brilla por su ausencia. Hay mil cosas de las que podemos reírnos, incluso de uno mismo, es muy sano, pero marcando distancias con la burla o la mofa. Si es cierto que las rencillas entre ambos actores vienen de lejos e igual esto solo ha sido la punta de un iceberg construido con los años. Sea como fuere, la violencia jamás es la solución, y Smith pasará a la historia por unas razones que nada tienen que ver con su trabajo, empañando la que iba a ser su gran noche con un gesto desmedido en un mundo donde ya reina demasiado la violencia, en una gala además donde Ucrania y la defensa por la paz fue la insignia de la noche.